"Decían ser como nosotros y representarnos, pero constituyeron una clase, una clase privilegiada, defensora de unos intereses alejados y enemigos de nuestros intereses."

Crónica del 16 de mayo

Lunes 17 de mayo, 2010

Manifestación 16-Mayo: CRÓNICA DE UN FRACASO... O DE UN PRINCIPIO.

Llegué a la plaza de Neptuno cinco o diez minutos después de las 12 horas de ayer domingo. Me costó un poco aparcar mi coche por los alrededores de la iglesia de los Jerónimos y es que el precioso día que se había levantado este ya pasado 16-M debió de incitar a muchos madrileños a pasear un poco por el parque de El Retiro usando de su coche para llegar hasta el mismo.

Pero yo no iba de parque, iba a una manifestación en contra de nuestra clase política, esta clase política que parece tan ajena a lo que está sufriendo la gente sencilla de este país por esta crisis que no existía. Cogí mi cacerola, tenía ganas de darle golpes con mi cuchara que también metí en una bolsa y, con paso apresurado, me dirigí a Neptuno expectante, intrigado por saber cuánta gente habría acudido a este llamamiento a la protesta vía internet, mientras observaba a pequeños grupúsculos del sindicato CGT marchar hacia Atocha o a multitud de madrileños en actitud festiva y turistas en los alrededores del Museo de El Prado.

Por fin, llegué a Neptuno, pero "¿dónde está la gente?", me dije. Vale, sabía que no seríamos demasiados teniendo en cuenta lo espontáneo o la falta de organización de que adolecía esta convocatoria múltiple de manifestaciones en varias plazas de distintas ciudades españolas. Más de 1300 comentarios de los cuales muchos pertenecían a las mismas personas, 1030 miembros en el grupo de facebook... era cierto, no podíamos ser muchos, 50, 100 ó 200 a lo sumo, pero ¡¡¡¿¿¿nadie??!! ¡¡Uff!! Sonaba a fracaso, sonaba a decepción aplastante... "Bueno, hombre, no desesperes, quizá haya algún grupete en algún lugar de la plaza con alguna pancarta...", pero nada, no vi a nadie. ¿Qué podía hacer? ¿Ir a la manifestación de la CGT? ¡¡¡No!!! Yo había venido a protestar a Neptuno para otra cosa y, además, había quedado en Neptuno con una persona a la que facilité mi nº de teléfono. Nos encontramos en la puerta del Vips, había traído con él a un amigo. "Pero ¿qué ha pasado aquí?" era la pregunta que nos hicimos los tres. Mala organización, una broma, que en España hace demasiado buen tiempo como para ir un domingo a una manifestación del todo justa, que si los españoles somos pasotas, muy comodones y/o vamos a nuestra bola, que si el deterioro económico o de la democracia en España nos trae a todos al pairo...

Por otro lado, el amigo con el que estuve todo este pasado jueves preparando a toda prisa este blog llegaba tarde y le dije: "Ya no vengas ¡no hay nadie! sólo somos tres ¡¡no hay manifestación!!" "Bueno, da igual, yo voy".

Sí, éramos cuatro, justo lo que en algún comentario del foro de "El Economista" había escrito yo un día: "Iré aunque no tengamos permiso para manifestarnos y aunque sólo seamos cuatro, por sentido de la responsabilidad, la dignidad y la justicia, por decirles NO bien claro y alto A ESTA CLASE POLÍTICA que nos está tomando a todos los españoles por el pito de el sereno, o lo que es igual, que nos está chuleando y riéndose de nosotros."

¿Qué podíamos hacer? Nos fuimos a tomar algo. Fue bonito encontrarme con ciudadanos que pensaban como yo, que estaban hartos de esta chusma de políticos que tenemos. "Quizá haya que formar un partido político y publicitarlo en las calles, recuperando el espacio y el protagonismo que nos han robado a los ciudadanos", "No sé, sí, tal vez sea la solución, no tengo ni idea, pero algo habrá que se pueda hacer antes que venderlo todo y salir de aquí por avión", "Hay mucha gente de bien, hay mucha gente honrada y honesta en este país que no está de acuerdo con lo que está pasando, pero que aún tiene puesta sus esperanzas en estos políticos traidores al Pueblo", "Sí, si la gente que aún piensa que es con trabajo, honradez, sacrificio y buen hacer cómo un país sale adelante nos callamos, entonces, entonces todo está perdido ¡¡No podemos callar!! ¡¡Hay que intentarlo!!"

Sí, de los seguramente muchos más que acudieron a Neptuno y que se tuvieron que ir porque no había nadie esperándoles, al menos, nos pudimos juntar cuatro, sí, sólo cuatro, pero ¡qué cuatro pedazo de ciudadanos! Sí, unos cuantos más así y... ¡¡otro gallo cantaría!! ...no sé, me puedo equivocar, pero me da que cantará, que el gallo del Pueblo Soberano de este país terminará cantando a su justa hora y que, ahora, tal vez anda aún desperezándose hasta que termine de ver que la fiesta y el "botellón" de estos años ha terminado. No sé cómo ni por qué medios cantará, no sé si será por medio de un nuevo partido político, o si será por una o una sucesión de manifestaciones, pero lo hará. Dicen que los españoles sólo tenemos garra para el fútbol, que se nos va la fuerza por la boca, que somos conformistas y que siempre nos hemos dejado aplastar por nuestros gobernantes a lo largo de la historia, que hay una leyenda negra sobre nosotros, que queremos, pero no podemos. Vale, sí, diréis algunos: "es la realidad de este país", "somos unos acomplejados y unos cobardes", "unos conformistas a los que les van bien los 420 euros del subsidio del paro que les limosnea ZP", vale y, aunque estas opiniones fueran verdad, no era ese el carácter de los tercios españoles cuando, incluso mandados por malos y egoístas reyes, hacían temblar el mundo a su paso, pero quizá, es verdad, todo se gasta y termina... no importa, hemos logrado mucho entre todos en la reciente historia de España, pero si ahora lo queremos echar todo a perder ¡¡estamos en nuestro derecho!! ¿¿no?? "Pues sí", te diría ya desde el extranjero... ¡¡nosotros mismos!! ¡¡Vosotros mismos!! ¡¡Cada uno tiene lo que busca y quiere!! Yo, al menos, no pienso rendirme todavía... Hago mío el lema que figuraba aún en las lonas que cubrían las vallas de la plaza de Neptuno donde, entonces sí, una gran masa de hinchas se concentró para festejar el triunfo del Atleti el pasado jueves: "CAMPEONES, EL SUEÑO CONTINÚA". Hemos de tratar de organizarnos y unirnos. La lucha no ha hecho más que empezar.

Nosotros elegimos: ¿Crónica de un fracaso o crónica de un principio?